Desde que a mediados de los años 90’ empezaron las primeras estrategias para posicionarse en aquellos primitivos buscadores, de manera cíclica se alzan pesimistas voces clamando al cielo que el SEO ha muerto. Y una y otra vez vuelven a sus madrigueras a esconderse de la luz del sol porque, al parecer, al SEO no le apetece morirse aún.
Últimamente es una cantinela que vuelve a oírse una y otra vez. Sobre todo, entre profesionales del marketing que creen que ya no existen estándares en el SEO, que todo es muy confuso, que es un marketing perezoso y que, a su parecer, simplemente no funciona. A lo largo del tiempo han visto muchos cambios, se ha vuelto muy difícil, seles ha hecho imposible seguir ascendiendo en los rankings de Google y ya no creen que el SEO sea un canal de marketing rentable.
Pero lo cierto es que se equivocan. Como en cualquier otro canal de marketing, la adaptación y la evolución es la clave. Es simple, se trata de asumir que lo que nos funcionó muy bien durante años ya ha dejado de funcionar y encontrar las vías correctas. El SEO no está muriendo, únicamente está evolucionando hacia algo mucho más complejo de lo que era hace unos años. Veamos a continuación algunas razones que demuestran que SEO no ha muerto…, al menos todavía.
El SEO ha evolucionado
Durante los primeros años de la primera década de este siglo funcionaban una serie de estrategias como el keyword stuffing (colocar tantas palabras clave en una página como pudieras), el cloaking (mostrar al usuario una versión del contenido y al robot de Google una versión diferente), la compra de enlaces en masa (sitios a los que pagabas para que enlazaran con tu sitio web y de los que además no importaba mucho su autoridad ya que primaba la cantidad) y muchas otras estrategias que ahora son consideradas SEO black-hat y, por lo tanto, penalizadas gravemente por Google.
En su momento funcionaban eficazmente. Pero Google se adaptó endureciendo sus políticas. Su objetivo era ofrecer al usuario la mejor experiencia de búsqueda posible. Eso nos obligó a desarrollar nuevas estrategias enfocadas a mejorar la experiencia del usuario, responder sus preguntas, crear sitios web que cargaran con rapidez, que mostraran una arquitectura del sitio sólida, etc. En definitiva, el trabajo del SEO ha tenido que evolucionar.
El SEO requiere más trabajo
En el pasado, si querías aumentar tu tráfico orgánico era mucho más sencillo que ahora. Cogías tu sitio web, lo llenabas de palabras clave relevantes, las envolvías en texto blanco, las colocabas detrás de ciertas páginas, comprabas unos cuantos enlaces…, ¡y prácticamente sólo quedaba esperar los resultados!
Pero en la actualidad, el SEO es mucho más complejo. Para empezar, tienes que olvidarte de todas esas prácticas. Producir el contenido de calidad que tus usuarios quieren encontrar y crear un sitio web rápido que cargue en muy pocos segundos. Además, debes concentrarte no sólo en el contenido, también en el SEO técnico, pensar en la arquitectura web, las etiquetas de títulos, las metas, un diseño de página coherente, actualizar tu sitemap, etc.
Y todo esto suena mucho más difícil porque lo es. El SEO de 2021 requiere mucho más trabajo que el del año 2000.
El SEO se ha vuelto más complicado
Para Google, el contenido sigue siendo el rey. Y el SEO de contenidos ha cambiado mucho en esto últimos años. Un SEO debe preocuparse por todos los aspectos del contenido de un sitio web: proporcionar un diseño de página sensible con encabezados lógicos, el body content adecuado, los hipervínculos necesarios, el interlinking, las imágenes, los vídeos y las transiciones. El SEO debe trabajar mano a mano con el equipo de content marketing, diseño y front-end, supervisando y haciendo seguimiento de todas las tareas en la construcción del sitio web.
Pero si para Google el contenido es el rey, más importancia está adquiriendo hoy en día la experiencia de usuario. Y en este aspecto cobra especial relevancia el SEO técnico. Antes, en este campo el trabajo del SEO se limitaba a poco más que mapas de sitio XML actualizados, archivos robots.txt y HTML. En la actualidad, el SEO debe trabajar en equipo con los desarrolladores y preocuparse por temas como el JavaScript, el CSS, el renderizado dinámico, los nuevos formatos de imágenes, el largest contentful Paint o el cumulative layout shift.
A lo largo de los años, el SEO se ha vuelto cada vez más complejo, obligándonos a adaptarnos y a aprender sobre diferentes aspectos del diseño y el desarrollo web.
Por qué es importante invertir en SEO
Como hemos visto anteriormente, el trabajo del SEO no ha muerto. Simplemente se ha vuelto más exigente. Pero lo cierto es que posicionar una página en el buscador de Google es realmente un trabajo aún más duro.
Durante el año 2010, Google efectuó 516 actualizaciones de su algoritmo de búsqueda. En el año 2016 fueron 1.653 y en el año 2018 aumentaron hasta 3.234. De todas estas actualizaciones, Google sólo informa de las tres o cuatro grandes actualizaciones del algoritmo central que suele realizar cada año. Pero ni tan solo de éstas explica su alcance.
Veamos otro dato: Cada día se efectúan, aproximadamente, 5,6 mil millones de búsquedas. Pero también se genera mucho contenido. Existen, más o menos, mil millones de blogs en la web. Eso significa que, al efectuar cualquier búsqueda, obtendremos siempre una enorme cantidad de resultados. Por ejemplo, la palabra clave “papel pintado”, con un volumen de búsqueda mensual de 74.000 búsquedas, genera la increíble cantidad de unos 111 millones de sitios con contenido sobre papel pintado. ¿Imaginaos el esfuerzo para colocar en primera posición una página web entre 111 millones de páginas?
Pero en SEO trabajamos día a día para superar estos percances. Puede parecer imposible luchar a ciegas contra más de 9 cambios de algoritmo al día o pretender posicionar en primera posición por una palabra clave contra 111 millones de competidores. Pero lo cierto es que es posible. Eso únicamente demuestra que el SEO es más importante que nunca, sólo que es más duro que nunca. La cuestión es únicamente cambiar la perspectiva.
Veamos por ejemplo el caso de éxito de Olay. Olay es una marca que vende productos para el cuidado de la piel. Uno de sus productos reduce las ojeras. Antes solían enfocar todos sus esfuerzos en los anuncios. Pero decidieron cambiar, dando un enfoque en la educación, ofreciendo contenidos que mostraran a las personas cómo reducir sus ojeras en lugar de forzarlas a comprar sus productos. Al conducir a los usuarios primero a un contenido educativo y vender a través de ese contenido consiguieron que su ROI ascendiera espectacularmente: aumentaron un 87% los clics, disminuyendo un 30% el costo por clic y aumentando las conversiones en un 100%.
Veamos ahora algunos datos que ofrece Google mismo para responder a las quejas del “zero click”. Las quejas del “zero click” se han producido últimamente como una tendencia que presuntamente está provocando Google según la cual la mayor parte de los resultados de búsqueda terminan según ningún click:
- De media, los resultados locales en la búsqueda generan más de cuatro mil millones de conexiones para los negocios cada mes.
- Esto incluye más de dos mil millones de visitas a sitios web, así como conexiones como llamadas telefónicas, direcciones, pedidos de comida y reservas.
- Cada mes, la Búsqueda de Google conecta a las personas con más de 120 millones de empresas que no tienen un sitio web.
- Google envía miles de millones de visitas a sitios web todos los días, y el tráfico que Google envía a la web abierta ha aumentado cada año desde que se creó la Búsqueda de Google.
- La página de resultados de búsqueda de Google, que solía mostrar 10 enlaces azules, ahora muestra un promedio de 26 enlaces a sitios web en una sola página de resultados de búsqueda en dispositivos móviles (más oportunidades para que los usuarios hagan clic).
Conclusión
Como en ocasiones anteriores, el SEO aún no ha muerto y goza de buena salud. Sólo que ha seguido cambiando. Ahora es más difícil, más duro y más complejo. Los resultados no son tan rápidos ni tan evidentes. Pero sigue siendo efectivo.
¿Crees que el SEO ha muerto? Pues no optimices nada. No te preocupes por la calidad de los contenidos, ni por la velocidad de carga, ni por la arquitectura web, ni por la experiencia de usuario… y espera a ver cómo se te come la competencia.