Ya lo dice el término que los define: dispositivos “inteligentes”. Así son en la actualidad los dispositivos electrónicos que forman parte de nuestra vida cotidiana, y que en buena medida pueden  funcionar de forma interactiva y autónoma. Como los asistentes de voz, que estando a la escucha pueden recopilar más información de lo que somos conscientes.

Datos de ubicación, identificación personal, preferencias de búsquedas, hábitos de compra… A estos asistentes inteligentes se les escapan pocos detalles,  y la pregunta que nos surge es inevitable: ¿hasta qué punto conviene que los asistentes  de voz sepan tanto de nosotros?

 

 

 

Una  consecuencia inevitable

Las ventajas que ofrecen los asistentes son bien conocidas: representan un buen soporte comunicativo, ayudan al realizar el seguimiento de tareas, establecen recordatorios, proporcionan información sin límites… por citar solamente sus funciones más globales.

Pero la otra cara de la moneda de estos dispositivos también ha sido obvia desde el principio: la escucha constante todo  lo que se habla, grabando y almacenando en sus servidores todas las conversaciones. Porque  para utilizar eficazmente cualquier asistente de voz, es necesario introducir las cuentas personales. 

Reviews.org,  el equipo de expertos que prueban los productos y servicios implicados en la conexión digital de los hogares,  han realizado una encuesta sobre el uso de asistentes inteligentes. El sondeo mostró que al 56% de los encuestados les inquieta la recopilación de datos, porque a los asistentes de voz se les ofrece todo tipo de información privada.

Pero paralelamente, al analizar los términos y condiciones de Alexa, Google Assistant, Siri, Bixby y Cortana, también quedó patente que la recopilación de datos, al menos en cierta medida, es inevitable. Los cinco asistentes de voz mencionados, recopilan  nombre, número de teléfono, ubicación del dispositivo y dirección IP,  los nombres y números de los contactos del usuario, su historial de interacciones y las aplicaciones que utiliza. Y si al usuario le preocupa seriamente que se almacene toda esta información, entonces es preferible que no use un asistente de voz. 

Al 60% de las personas encuestadas en el mismo sondeo, también les preocupaba que sus grabaciones de voz fueran escuchadas por alguien. Hay que señalar que no se trata de un miedo infundado, porque se sabe que tanto Google como Apple han realizado escuchas. Ahora Google Assistant y Siri, para registrar sus interacciones necesitan el permiso del usuario, pero el resto de los asistentes lo registran de manera predeterminada.

 

 

Los asistentes de voz más invasivos

Continuando con la encuesta realizada por Reviews.org, también  descubrieron que Alexa recopila la mayor cantidad de información que el resto de los asistentes de voz: 37 de los 48 puntos de datos posibles. Le sigue de cerca Bixby de Samsung, con un recopilación de 34 puntos de datos,  y después Cortana, con 32 puntos. Siri recoge solamente 30  puntos, y el asistente inteligente de Google únicamente recopila 28, convirtiéndose ambos en las opciones menos invasivas.

Aún así, conviene saber que ningún asistente de voz está verdaderamente interesado en proteger la privacidad. Google Assistant y Cortana conservan un registro del historial de ubicación y enrutadores, Alexa y Bixby registran el historial de compras y Siri rastrea quién forma partde de su familia Apple.

De los 76% de los estadounidenses encuestados que usan asistentes inteligentes, al 61% le preocupa las posibles escuchas en segundo plano, hasta el punto de que el 45% de los usuarios han intentado desactivar su asistente. 

En todo caso, para “sujetar las riendas” a un asistente inteligente de voz, se puede  impedir que Alexa envíe las grabaciones a Amazon, desactivar el Asistente de Google y Bixby, y administrar los hábitos de recopilación de datos de Siri .

Lectora voraz desde que era niña, aprendí pronto a contemplar el mundo con la mirada entre curiosa y soñadora de quienes aman los libros.