“Necesitaríamos un vídeo corporativo para la semana que viene…”.

¿Una semana para hacer un vídeo corporativo? ¿De verdad? Me he encontrado con este tipo de petición más veces de las que me gustaría. Lo cierto es que muchas veces no somos conscientes de lo que implica realizar un vídeo y es por eso que voy a contaros todo el proceso, de inicio a fin, desde mi experiencia.

A simple vista, puede parecer que crear un vídeo se resume en dos simples pasos: grabar y montar. Lo cierto es que es mucho más complejo que eso.

Las diferentes fases generales del proceso son tres: preproducción, producción y postproducción.

 

Preproducción de un vídeo corporativo

 

La fase de preproducción empieza cuando el cliente presenta una necesidad, idea, producto o servicio sobre el cual quiere realizar un vídeo corporativo. En este punto encontramos dos posibilidades: que el cliente proponga el guión literario (documento que contiene una historia pensada para ser narrada en imágenes y sonido) o que, en base a sus propuestas, lo creemos nosotros.

Una vez creado el guión literario, nos dispondremos a crear el guión técnico, que consiste en establecer los tipos de planos que vamos a rodar en cada acción para poder mostrar y transmitir lo que nos interese en cada momento.

Aunque no siempre es posible, lo ideal es poder visitar las localizaciones donde se rodará, para hacernos una idea de cómo es el espacio y poder elegir la tipología de planos en función del entorno.

Después, habrá que crear un listado de necesidades, ya sea equipo técnico como humano e incluso material de atrezzo. Todo esto implica dedicar horas gestionando el alquiler de material técnico si fuera necesario, comprar atrezzo y coordinar el correspondiente equipo humano.

 

Producción de vídeo

 

A partir de aquí empezará la fase de producción, que consiste, básicamente, en el rodaje de las imágenes que nos dicte el guión técnico.

En esta fase es importante tener en cuenta que siempre pueden surgir imprevistos que obliguen a  cambiar de planos o hacerlos de modo diferente. Por ejemplo: llegas al espacio y han cambiado los muebles de sitio; estás en la calle y hay un andamio justo detrás del tiro de cámara que tenías pensado y no te interesa que salga.

 

Postproducción en la oficina

 

Una vez terminado el rodaje, es imprescindible volcar todo el material en un disco duro/ordenador y sobre todo hacer una copia de éste, por lo que pueda pasar. Es en este punto cuando entramos en la fase de postproducción.

Esta fase consiste en la edición del material grabado. Y no, no es tan sencillo como montar los vídeos uno detrás de otro; durante este proceso hay que tener en cuenta muchos pasos:

 

  • Volcado del material en el programa de edición que utilices (en mi caso Da Vinci Resolve)
  • Selección de los clips y los mejores fragmentos de éstos
  • Colocación de los clips por orden de montaje (tener claro el hilo de la historia y ordenar los clips de manera que se entienda lo mejor posible)
  • Búsqueda de una música que se adapte a la temática del vídeo y que transmita lo que queremos transmitir.
  • Montar las imágenes siguiendo el ritmo de la música.
  • Edición del color de los clips definitivos.
  • Edición del audio.
  • Agregado de efectos visuales.
  • Añadido de grafismos y animaciones (si fuera necesario).
  • Exportación del montaje final.
  • Esperar el feedback del cliente (esperar que le guste)

Éste es el proceso de creación de un vídeo. ¿Os pensabais que habría que tener en cuenta tantas cosas? Según el tipo de vídeo y la duración de éste, el proceso es más largo o más corto; no es lo mismo un spot de 30 segundos para redes sociales que un vídeo corporativo de 3 minutos.

 

Creador de contenido audiovisual. Parte del equipo de “Visual” de We’re Sinapsis. Enamorado de las cámaras de cine digital y de la edición de color de vídeo. No podría vivir sin el deporte, su vía de escape y de superación personal. Siempre motivado por aprender y ser mejor tanto profesional como personalmente.