¿Qué hace de este anuncio un tópico Navideño? Todos los años esperamos con ilusión cuál será o quiénes serán los elegidos para repartir suerte a través de nuestras pantallas, aquellos que nos inviten a participar en el sorteo del año. Y aunque más de una vez nos han defraudado (el de 2013 fue más que eso), siempre lo guardamos con cariño en nuestra cabezota.

La Navidad es tiempo para estar con los nuestros, familia y amigos se unen en un solo círculo. Más de una vez hemos tenido que hacer virguerías para poder complacer a todos ellos con nuestra “maravillosa” presencia 😉 ¿o no? Pero para eso está la Navidad. Y entre ponernos al día, contarnos historias, y tomar unos cuántos cafés o cañas siempre acabamos mencionando el anuncio del año por excelencia.

Me acuerdo que el año pasado, no había una sola conversación en la que no se mencionase la fatídica elección de los personajes y el ambiente, así como la canción de la lotería. Sería horrible sí, pero dio mucho que hablar y al final es lo que se pretende aunque no de tal manera. Este año nos han traído una sorpresa, un anuncio más personal que se acerca a nuestro día a día o mejor dicho, a la realidad que se vive en muchas familias…pero ¿de verdad era necesario? Eso os lo dejo a vuestra elección, aunque yo quiero dar la mía propia.

La tristeza con la que comienza, la angustia del hombre al entrar en el bar de Antonio y ver que todos menos el han sido recompensados por la fidelidad a Antonio, te lleva a querer entrar dentro y decirle a su mujer -¿por qué lo obligas a ir, señora?- ¿no tenía él ya bastante?-. Pero bueno, todo tiene un final feliz y en este caso es ¡ese café de 21 euros! Con un sobrecito (tan de moda en estos últimos meses) que contenía el ansiado boleto por el que se lamentaba el protagonista. Por muy bonito y emocionante que pueda llegar a ser este spot, para mí no deja de ser cruel con los participantes. ¿Por qué? Porque no creo que sea necesario inducir de forma subliminal el miedo a no comprarlo y que toque en el bar de toda la vida.

Sinceramente me quedó con nuestro calvito que repartía ilusiones y alegrías entre todos los que se le cruzaban por el camino. O incluso, con la fábrica de sueños que repitió dos años seguidos…pero para terminar os dejo el más recordado de todos ellos.

Puede que haya sido muy drástica, pero de verdad ¿creéis que es justo que jueguen de esta forma con los sentimientos? ¿Es necesario que la publicidad se valga de estas herramientas para introducirse en nuestro subconsciente?… ¡Hala! a darle al coco y quién quiera qué exprese su opinión 😉

Con una Diplomatura en Ciencias Empresariales por la Universidad de Salamanca y un Grado en Dirección de Empresas por la Universidad de León, esta ponferratina se vino a Barcelona a ocupar el cargo de Digital Marketing Manager de Sinapsis

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