Footer o pie de página constituyen los elementos que insertamos al final de una página web. El footer no es sólo una parte más de la página, es muy importante para que el visitante haga un uso correcto de nuestra web.
Para diseñar correctamente un footer podemos tener en cuenta una serie de características con el fin de hacerlo más visible. Por ejemplo, aumentando el tamaño de la tipografía en el footer haremos que haga contraste con el resto del texto de la web. También podemos jugar con los colores utilizando tonos llamativos pero que estén acorde con el resto de los empleados en la página. Se trata solamente de resaltar la zona para que el usuario no pase de largo por el footer. Su finalidad se basa en transmitir información de manera adicional al usuario mediante acciones como por ejemplo formularios, consultas, preguntas, iconos de ubicación, etc… Son elementos muy importantes y a los que quizás no hemos podido dar suficiente protagonismo a lo largo de la página.
Además de lo ya mencionado en el footer se suelen incluir enlaces a la política de privacidad, cookies, avisos legales, etc…
Disposición del footer
Lo más común, y lo que vamos a encontrar en la mayoría de casos, es que el footer esté situado al final de la página web. Pero hay algunas excepciones en las que cambia y nos lo muestra de manera distinta a la que estamos acostumbrados. Por ejemplo en la página principal de un blog. Salvando al usuario de hacer scroll mucho rato para llegar al contenido se crea un footer flotante que contiene la información justa y necesaria. Otro caso son los footer ocultos, la información se esconde detrás de un botón y sólo aparece cuando clicamos o pasamos por encima del mismo.
Desgraciadamente el footer es una de las partes a la que menos importancia se le otorga dentro de una página. Y esto podremos observarlo por ejemplo cuando una web tiene caducado el copyright o muestre enlaces rotos.