Durante nuestra época estudiantil, los profesores del colegio y luego los de la Universidad, han insistido en no copiar trabajos ni en exámenes. Si a pesar de sus advertencias, arriesgabas a copiar y, desgraciadamente, el profesor te pillaba te penalizaba.
A diferencia de los profesores, Google es más rápido detectando el contenido duplicado, aunque, igual que los profesores, no sabe distinguir cuál es el original de copiado y, igual que ellos también, si te pilla duplicando contenido, te penaliza. ¿Cuáles son sus consecuencias?
- Google no te indexará y/o perderás visibilidad: desde que Google cambió su algoritmo con Panda, el reconocimiento de la relevancia de una web tiene que ser más cuidadoso. Desde entonces, ha habido muchas páginas que han perdido posiciones en Google o bien han dejado de indexarse debido a la copia de contenido de terceros.
- Bajará tu reputación online: si las personas que te leen descubren que no estás difundiendo contenidos propios, vas a decepcionarles y probablemente dejen de seguirte.
- Crisis de identidad: si te limitas a copiar lo que otros publican, nunca llegarás a desarrollar tu propio lenguaje, a expresar tus ideas, a transmitir tus conocimientos. Es decir, no serás quien dices ser. Y, ¿no es mejor ser único?
Esto no significa que no puedas encontrar tu inspiración en otras webs y blogs de la red para escribir sobre un tema. Pero una cosa es inspirarse y citar la fuente de tu inspiración y otra muy diferente es copiar. Además, se supone que si tienes un blog es porque quieres compartir contenido propio y destacar como tú mismo.