La teoría de juegos, desarrollada en sus comienzos como una herramienta para entender el comportamiento de la economía se formalizó por primera vez a partir de los trabajos de John von Neumann y Oskar Morgenstern, antes y durante la Guerra Fría, debido sobre todo a su aplicación a la estrategia militar; en particular a causa del concepto de destrucción mutua garantizada.
A raíz de juegos como «El dilema del prisionero», en los que el egoísmo generalizado perjudica a los jugadores, la teoría de juegos se ha usado en economia, ciencias políticas, ética y filosofía.
En definitiva, esta teoría estudia la elección de la conducta óptima cuando los costes y los beneficios de cada opción no están fijados de antemano, sino que dependen de las elecciones de otros individuos.