El proceso comercial consta de diferentes fases, y a grandes rasgos podemos decir que son comunes a todos los sectores: prospección, calificación de leads, llamada de ventas, reunión, propuesta, negociación, firma del contrato y posterior seguimiento.
Si hablamos del canal digital, en el mercado podemos encontrar infinidad de aplicaciones que nos ayudarán a llevar a cabo con éxito cada una de las fases:
- CRM’s para gestionar las interacciones con los posibles clientes.
- Plataformas de email marketing y marketing automation para la captación y seguimiento de los leads.
- Plataformas de publicidad como Google Adwords o Facebook Ads que nos llevarán tráfico cualificado a nuestras landings,.
Etc, etc.
Con las técnicas y conocimientos apropiados más algo de experiencia e intuición, podemos conseguir unos buenos resultados en las dos primeras fases: la prospección y la calificación de leads. Estas dos primeras etapas son fundamentales para “apuntar bien”, dirigir nuestros esfuerzos hacia la dirección correcta y finalmente obtener un mayor porcentaje de éxito. Pero, a partir de la tercera fase es otro cantar, aquí entra en juego un factor determinante: la relación entre personas.
Encuentros en la «tercera fase»
Es en la tercera fase cuando llega el momento de hacer una llamada de teléfono para tener el primer contacto personal con ese posible cliente, y aquí el peso del factor humano es la variable más importante. En este punto empezamos a construir una relación entre personas que, a corto, medio o largo plazo, puede dar paso a una relación entre empresas.
A partir de la llamada de teléfono seguimos contando con aplicaciones que nos ayudarán a conseguir nuestro objetivo pero ya no tienen la misma relevancia que al inicio del proceso. La mejor “aplicación” en este punto para avanzar en la relación y llegar a buen puerto será “la confianza”. Estarás de acuerdo conmigo en que las relaciones interpersonales deben basarse en la confianza para que sean sólidas y duraderas, tanto en el terreno personal como en el profesional. Si además, estamos ofreciendo un servicio y, para hacer “el más difícil todavía”, un servicio digital, me atrevería a decir que la confianza lo es todo (o casi todo).
Como agencia de desarrollo y marketing online que se define como una agencia que desarrolla negocios en Internet, desde el primer contacto con un posible cliente le estamos pidiendo que abra de par en par las puertas de su casa y que nos deje entrar hasta la cocina. Conseguirlo es fundamental para presentar la mejor propuesta, la que se adapte mejor a sus necesidades y a su presupuesto.
Además, si llegamos a concretar la relación con la firma de un contrato y por lo tanto, podemos decir que hemos conseguido un nuevo cliente, en mayor o menor medida pondrá en nuestras manos un porcentaje importante de su negocio. Sin duda, la confianza es la aplicación a integrar en todos nuestros procesos y sistemas.
¿Qué entendemos por confianza?
Hasta ahora hemos dicho que es una herramienta muy potente que nos da soporte en el proceso comercial y también en todos los demás procesos de la empresa. Pero… ¿Cómo se instala? ¿Cómo se integra con las plataformas que utilizamos? ¿Para las integraciones existe un módulo estándar en el mercado o necesitamos un desarrollo a medida? ¿Cómo se configura? ¿Qué variables y valores podemos definir?
Vamos por partes:
- La confianza es una aplicación nativa de nuestro sistema, aunque precisa de constantes actualizaciones.
- Referente a la integración con otras aplicaciones/herramientas, siempre deberemos hacer un desarrollo a medida, tanto si es una aplicación de un tercero como si es una aplicación propia.
- Para configurar la aplicación disponemos de dos backoffice:
- Relación con los clientes y posibles clientes
- Relación con nuestro equipo
En los dos podemos configurar las mismas variables: empatía, honradez, coherencia, actitud, competencia, compromiso, respeto, comprensión y muchas otras, se puede decir que son dos backoffice muy completos.
La aplicación no cuenta de momento con un manual de instrucciones con los valores óptimos para cada variable, sino que los debemos optimizar según los resultados que vayamos obteniendo (como siempre, la analítica es fundamental).
Es cierto que existe una comunidad de desarrolladores que publican constantemente módulos para automatizar el proceso, pero a día de hoy no están muy bien conseguidos: te traerán más problemas que soluciones.
Quizás todo se reduce a tener siempre presente una cosa que parece obvia, pero que a menudo se olvida: la base de toda relación comercial son las personas. Y aún hay otro factor, igualmente obvio, pero que pasamos por alto con facilidad: la relación comercial es una vía de doble dirección, y para que sea transitable, debe haber auténtica reciprocidad. Mantén siempre actualizada la aplicación “confianza” y el éxito lo tendrás asegurado.