Esta es la historia de un eCommerce (o de muchos) que siempre intentan tener todo solucionado y siempre está todo roto. ¡Que buenos son y que daño hacen los plugins! (Y los templates).

Desde Somos Sinapsis, cuando nos ponemos a desarrollar un eCommerce siempre planteamos y “obligamos” a pasar por un análisis funcional. Se trata de una fase de pensar, una fase donde nos planteamos y le planteamos a nuestro compañero de negocio y desarrollo (sí, nuestro cliente) por qué y para qué necesita cada una de las funcionalidades que pide o pedía en el briefing. E intentamos darle solución, a ser posible la más sencilla y que no implique desarrollo o plugin de terceros.

Aun así, es muy tentador ir al marketplace de cualquiera de las herramientas que trabajamos (WordPress sobretodo, pero Pretashop, Magento o cualquier otro tampoco se salvan) y encontrar “LA SOLUCIÓN” a nuestros problemas. Que quieres un plugin que simule el PageBuilder de Magento Commerce ¡Existe! ¡Y por 200 €!, Que quieres una conversión automática de Dollar a Euro ¡Toma! 50 € ¡y por ahí incluso hay uno gratis! Que quieres algo que autogenere categorías a partir de un atributo, ¡ala! ¡300 €! ¡O incluso uno que por 2.500 € me conecta todo a mi ERP! Este pica pero ¿y si funciona? Es tentador y difícil resistirse….

El problema es que luego, esos plugins, los habrán hecho una serie de empresas (o de personas) que pueden dar continuidad o no al mismo, pueden ser compatibles o no con otros sistemas nuestros (multi-tienda, multi-idioma, multi-moneda…) pueden actualizarse o no… En fin que no son la panacea que prometen y, si nos juntamos con 30 plugins que además son de 20 desarrolladores diferentes tenemos un Frankestein en toda regla en nuestras manos difícil de mantener.

instala plugins y listo

 

El problema de los Frankestein

Al principio seguramente todo funcionará pero…

  • ¿Qué pasará cuando tengamos que actualizar?
  • ¿Qué pasará cuando Google nos diga que tenemos fatal las Core Web Vitals y tenemos que limpiar código que han puesto ahí nuestros plugins?
  • ¿Qué pasará si queremos cambiar de proveedor y el nuevo nos dice “esto qué es”?
  • ¿Qué pasará cuando queramos encontrar por qué una consulta de update de catálogo tarda 10 segundos por producto cuando debería tardar 0,01 segundos y la mitad de la consulta es por varios de esos plugins?
  • ¿Qué pasa si atacan nuestro eCommerce por un agujero de seguridad de uno de los plugins?

La respuesta es, obviamente, muy difícil.

Eso NO significa que no debamos usar plugins en nuestros desarrollos, son importantísimos y muy buenos pero hay que seguir algunas normas:

  1. Intentar que sean del mismo proveedor o mantener 3-4 proveedores únicamente y reconocidos (aunque sean más caros). Por ejemplo Amasty en Magento.
  2. Plantearnos y preguntarnos 2 o 3 veces si realmente es necesario instalar ese plugin o podemos adaptar nuestros procedimientos para trabajar con la herramienta estándar. No instalar si no es necesario.
  3. Valorar con la agencia si hay una alternativa más sencilla de programar.
  4. Valorar si vamos a usar el plugin al 100% o al 10% y realmente estamos llenando de código absurdo
  5. Tener el número 15 como un número máximo de plugins de terceros que nunca deberíamos pasar.

Toni estudió Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas en la UAB. Sus prácticas empezaron en una pequeña tienda de informática de Terrassa pero, a la semana, tuvo una oferta para prácticas de desarrollador web en una empresa muy pequeña, un Autonómo, su mujer y él. Eso era el año 2004, y ahí empezó una carrera de pasión sobre el mundo web e Internet que le llevaron a acabar fundando Somos Sinapsis en 2013 junto a Nicola Picasso. Sin duda, hoy en 2020 es una de las mejores decisiones de su vida y, aunque ya programe poco o nada, su conocimiento de desarrollo le ayuda día a día en su actividad.