En marketing, la palabra funnel (embudo) se utiliza a modo de comparativa para la representación gráfica de las fases de un proceso de venta. Son las fases por las que pasa un cliente desde que nos encuentra hasta que alcanza un objetivo determinado. Estos objetivos pueden ser tanto una inscripción o registro como la compra de un producto o servicio.
El funnel nos servirá para definir el porcentaje de pérdidas en cada una de las fases que realiza el usuario hasta cumplir el objetivo final. De igual manera nos ayudará a determinar cuáles son los puntos que deberemos mejorar cuanto antes para convertir usuarios en clientes potenciales.
Mediante la analítica web podremos medir el impacto de las acciones de nuestra página web, tienda online, blog, etc… configurando el funnel, alineándolo a nuestros objetivos.
Concretando, un buen funnel nos va a permitir atraer clientes potenciales, saber cuáles son sus necesidades y encaminarlos para que confíen y terminen comprando.
Crear un funnel de conversión
Teniendo en cuenta que es pura estrategia de venta, estos son los pasos para poder crear un funnel que se adapte a nuestra marca.
- Para comenzar buscaremos la herramienta de automatización adecuada que nos ayudará en el proceso de desarrollo de una manera fácil y eficaz.
- Estudiaremos el proceso de ventas de nuestra marca.
- Investigaremos a los clientes potenciales creando un cliente ideal ficticio o buyer persona.
- Elegiremos que tipo de contenido publicaremos para obtener a cambio información de contacto y que pase a entrar en nuestra base de datos.
No dependeremos de un único funnel. Podemos crear funnels automáticos que funcionen continuamente para cada uno de los públicos a los que nos dirigimos. Por otro lado tendremos los funnels específicos que irán destinados a acciones más concretas como por ejemplo promociones.