Esta palabra de origen japonés se emplea para definir a las imágenes que utilizamos en redes sociales y mensajería instantánea. Emoji se compone de dos términos, la e hace referencia a un dibujo o imagen y moji hace referencia a una letra o carácter. En japonés sería la composición de (e)   y (moji) 文字.

Mediante los emojis podemos expresar diferentes emociones o ideas y compartirlos de manera electrónica en cualquier medio de comunicación digital.

Los emojis aparecieron en el año 1999 y su creador fue Shigetaka Kurita, un diseñador de interfaces japonés. Creo nada más y nada menos que los primeros 176 para una empresa de comunicación japonesa y se inspiró en el manga y la escritura kanji.
El tamaño estándar de un emoji es 12x12px aunque actualmente hay maneras de poder cambiar su tamaño llegando a soportar hasta 500px de ancho.
Como comentábamos anteriormente se empezaron a utilizar a finales de los años 90 para agilizar la complejidad de la lengua escrita. Debido al éxito que obtuvieron Apple se dispuso a integrarlos en sus dispositivos y más tarde Android hizo exactamente lo mismo.

Hoy en día los emojis pueden ser considerados una forma de expresión más, incluso un lenguaje global. Pocas son las personas que no los utilicen, aunque los principales consumidores de emojis son las últimas generaciones. Sobre todo por su uso en redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter y por encima de todas ellas en la aplicación WhatsApp. Por supuesto también los podremos encontrar en otro tipo de aplicaciones de mensajería instantánea como Telegram, Messenger, Snapchat, etc…

La globalización de los emojis ha hecho que existan diferentes y variadas interpretaciones de cana uno de ellos pudiendo crear además combinaciones con significado textual.

Bibliotecaria frustrada que un día descubrió el potencial que tenía de creatividad y después de varios cursos de marketing decidió explotarlo en redes sociales y terminó haciéndose community mánager de diferentes empresas y artistas. Le encanta el silencio pero es melómana hasta la médula, puro espíritu de contradicción. Fanática de libros, películas y series de terror. Vive mirando una estrella, siempre en estado de espera.