El benchmarking o evaluación comparativa es un procedimiento por que se toma de referencia productos o servicios de una empresa para compararlos con la nuestra. Esa comparación nos permitirá conocer las mejoras de otros negocios y aplicarlos en nuestra empresa. No estamos hablando de plagiar a la competencia, hablamos de tomar ejemplo de aquellas que tienen un buen funcionamiento y emplearlos en la nuestra para mejorar. Aprendiendo de sus técnicas podremos adecuarlas a nuestra marca y conseguir estar al mismo nivel para entrar a formar parte de la competencia.
Clases de benchmarking
Contamos con tres clases de benchmarking. La finalidad común que tienen es la de ayudar a los representantes de nuestra marca para que se fijen en la competencia y poder mejorar.
- Benchmarking competitivo. Es el más complejo porque ser realiza sobre las empresas a las que hacemos competencia directa y normalmente no están por la labor de colaborar. Si no hay cooperación nos costará más llevar a cabo la comparativa y tendremos que utilizar otro tipo de recursos y se encarecerán nuestros gastos.
- Benchmarking interno. Es más sencillo que el anterior ya que se realiza dentro de nuestra misma empresa. Normalmente se realiza en empresas de gran tamaño que tienen variedad de departamentos o grupos corporativos que están constituidos por varias empresas. En este tipo se toma de ejemplo un departamento que está obteniendo resultados óptimos y se traspasa al resto de departamentos de la empresa. No requiere de excesivos recursos para aplicarlo ya que la comparativa proviene de la propia empresa.
- Benchmarking funcional. En este benchmarking nuestra empresa no necesitará fijarse en la competencia ni tan si quiera tiene que pertenecer a nuestro sector. Bastará con que se tengan en cuenta las técnicas que emplea una empresa que obtiene resultados notables. Como no estamos tratando con competencia directa es más sencillo conseguir la información necesaria para hacer la comparativa y normalmente la ofrecen sin impedimentos.